La sociedad actual es una sociedad de inmediatez, de ritmos de vida ajetreados. Cuanto más podamos hacer en un día mejor, cuanto más podamos abarcar más exitosos seremos. El tiempo es dinero. Lo queremos todo de forma inmediata, instantánea.
Vivimos nuestras vidas pendientes de lo próximo que hay que hacer y no de lo que estamos haciendo ahora. Vamos por el mundo con el piloto automático puesto, preocupándonos por lo que sucederá sin prestarle atención a lo que estamos haciendo en el aquí y ahora.
Esta filosofía de vida tan occidental va en detrimento de la calidad de vida y el bienestar y nos puede acarrear multitud de patologías y problemas psicológicos.
Es posible que hayas empezado a leer este post y antes de llegar a este punto hayas contestado una llamada telefónica y enviado un par de whatsapps, sufres de atención parcial y, probablemente, a menudo te invade el estrés. ¡Cambia el chip, debes aprender a estar presente en el presente!
Mindfulness se va a convertir en tu mejor arma frente al estrés.
A menudo, la distancia que separa el éxito del fracaso está en la capacidad de concentración. En otras palabras, si estás con cientos de cosas en la cabeza, dudarás incluso del resultado de 2 + 2. La atención plena permite la retención de conceptos, relacionarlos entre ellos e incorporarlos de forma amueblada en nuestra cabeza.
En pleno siglo XXI, centrar toda nuestra atención en una tarea dejando a un lado los estímulos externos que nos distraen de lo que realmente importa parece misión imposible, pero, como tantas otras capacidades del ser humano, la atención también se entrena.
Para entender el mindfulness y por qué nos ayuda a aliviar las cargas emocionales que soportamos debemos devolver a nuestro cerebro, a nuestra mente, la importancia que merece en el control de nuestro cuerpo.
La mente es la única responsable de nuestro bienestar… y de nuestros pesares.
¿Por qué hay gente que le tiene miedo a todo, y otras no le tienen miedo a nada? ¿Por qué hay personas que se deprimen con cualquier tontería, y otras están alegres y risueñas incluso aunque sufran una enfermedad incurable? Todo está en nuestro cerebro, y si aprendemos a calmarlo y a centrarlo en el ahora, cambiará nuestra forma de ver la vida y de enfrentarnos a las adversidades. Esa es la esencia del mindfulness.
Si nos ponemos a pensar en ello, nos damos cuenta de que la mayor parte del tiempo nuestra mente está pensando en el pasado, o en el futuro. Rememoramos cosas que ocurrieron y nos culpamos por algo que hicimos mal, o que no hicimos. ¿Por qué rompí con mi anterior novia? ¿Por qué no habré estudiado esa carrera que tanto me gustaba? ¿Por qué no terminé el trabajo que encargó el jefe ayer y ahora el lunes me echará la bronca?
Cuando no estamos rumiando el pasado, planificamos el futuro.
¿Qué tal me irá la reunión de mañana? ¿Saldrá bien mi cita con ese chico que me gusta? ¿Qué preguntas caerán en el examen de la semana que viene? ¡Seguro que son muy difíciles y no apruebo!
Nuestra mente vive casi siempre en el pasado o en el futuro, pero lo único real es el presente. ¿Cuántas veces te has imaginado una cita importante, te has pasado noches sin dormir, y luego ese evento ha transcurrido de forma completamente diferente a cómo esperabas?
«La vida es aquello que te pasa mientras estás ocupado haciendo otros planes» , decía John Lennon.
Es normal que el cerebro esté continuamente trazando planes para mejorar nuestra vida. Es propio de seres inteligentes. El problema surge cuando ese rumiar dura las 24 horas del día. Esto genera estrés y ansiedad que puede afectar de forma grave a nuestra salud.
El mindfulness nos propone dejar a un lado el pasado y el futuro, y centrarnos en el presente. Tomar conciencia plena del momento actual y aceptar la vida tal y como es. No consiste en resignarse, sino todo lo contrario. Si fijamos nuestra atención en las cosas que suceden ahora y que nos gustan (la sonrisa de tu hijo que te cuenta cómo le ha ido el día, ese bonito atardecer que se asoma por la ventana, o lo rico que te está sabiendo ese pastel que te estás comiendo).
Sin dejar que nuestra mente se distraiga en el pasado o en el futuro, conseguiremos aliviar la ansiedad y el estrés, seremos personas más seguras y calmadas, y podremos afrontar con más firmeza los problemas de la vida.
Esta terapia tiene un sinfín de beneficios vinculados a factores como el sueño o la gestión del estrés.
1/ “NO” al estrés. El mindfulness aporta calma y serenidad interior, lo que mejora la salud física y emocional. Además, reduce la presión arterial y los niveles de cortisol (la hormona del estrés).
2/ Deja K.O. a los problemas psicológicos. Esta terapia cada vez es más utilizada como tratamiento complementario de la depresión, el dolor crónico, la ansiedad o los trastornos obsesivo compulsivos y de sueño.
3/ Supera tus conflictos. Aprender a disfrutar del momento presente alivia en los procesos de duelo y ayuda a disolver los rencores y viejas heridas que se fijan en el subconsciente y producen negatividad.
4/ Suaviza los extremos de la personalidad. Esta práctica ayuda a madurar emocionalmente, a entender tu yo interior y a evolucionar aceptando las circunstancias de la vida.
5/ Despierta la creatividad y originalidad. A través de la respiración y la relajación se consigue aumentar la lucidez mental y abrir la puerta a la creatividad. También ayuda a pensar de forma diferente ante problemas cotidianos. Ya sabes lo que dijo el gran Albert Einstein: “No podemos resolver los problemas pensando de la misma manera que cuando los creamos”.
6/ Más compasión y más empatía. El mindfulness desarrolla regiones del cerebro que tienen que ver con la empatía y las emociones ajenas. Practicándolo te costará menos conectar con los demás.
7/ Enjoy! Esta terapia aporta claves para sentirte más feliz, para apreciar los pequeños detalles y momentos que nos suelen pasar desapercibidos por nuestro ritmo frenético de vida.
8/ Te protege contra el Alzheimer. La práctica del mindfulness ha demostrado ser efectiva en la prevención de esta enfermedad, ya que la atención plena consigue estimular los centros neuronales y reducir un gen pro-inflamatorio en el sistema inmunológico relacionado con el Alzheimer.
9/ Más concentración. Varios estudios demuestran que el mindfulness ayuda a reducir las distracciones y centrar la atención en una sola tarea. Algo que verás reflejado en tu trabajo y en todos tus quehaceres diarios.
10/ Dormirás como un bebé. Gracias a la meditación el cuerpo experimenta una relajación natural que ayuda a la liberación de las preocupaciones y a conciliar mucho mejor el sueño.
Es importante entender que el mindfulness es un entrenamiento de la mente, y por tanto exige tiempo y repetición. A medida que practicas, aunque sólo sea 5 minutos al día, notarás que la mente se centra ella sola con más facilidad, y sentirás mayor tranquilidad, menos estrés y ansiedad. Estudios científicos así lo demuestran, y miles de personas lo han experimentado ellas mismas.
29 febrero, 2020
27 febrero, 2020