Se trata de una proteína que se encuentra presente en cereales como el trigo, el centeno o la cebada. Para las personas celiacas esta proteína supone un riego, ya que se trata de una enfermedad autoinmune en la que al consumir esta proteína se produce una inflamación del intestino delgado. Esta inflamación impide la absorción de nutrientes y por lo tanto puede acarrear para las personas celíacas problemas como anemias, osteoporosis o trastornos cardiacos, además de malnutriciones.
En una persona totalmente sana el gluten no tiene ningún efecto negativo, a pesar de que se haya extendido esta moda de no consumirlo y en la que las personalidades famosas han contribuido bastante.
La moda de desterrar todo aquello que contenga gluten de nuestra alimentación se ha comenzado a extender de forma exponencial desde que algunas celebridades han manifestado seguir este tipo de dietas.
«Por predisposición genética, alrededor de un 1% de la población es intolerante, es decir, padece la enfermedad celíaca.»
En los últimos años los productos sin gluten han invadido los supermercados de tal forma que podrían satisfacer una demanda mucho mayor que la representada por los enfermos. Los expertos en nutrición creen que este crecimiento exponencial es una moda que no aporta beneficios para la salud.
“Se ha difundido el concepto, absolutamente equivocado, de que la dieta sin gluten es saludable y además contribuye a perder peso”. La realidad es que prescindir de estas proteínas sin prescripción médica no está justificado. “Hay que tener muy claro que el gluten solo es tóxico para las personas celíacas y que para ellas el único tratamiento eficaz es su exclusión de la dieta”. Por el contrario, para los no intolerantes, eliminarlo “no conlleva una mejor calidad de vida, ni adelgaza, ni garantiza una alimentación más saludable, especialmente, porque esta decisión no suele estar controlada por un especialista”.
«Una dieta sin gluten no tiene ningún sentido médico para los individuos que no sufren enfermedad celiaca. Estas personas sólo están desperdiciando su dinero en productos más caros que no les reportan ningún beneficio.»
De hecho, los productos sin gluten no suelen estar enriquecidos con vitaminas (como la B9 o ácido fólico) y tienen mucha menos fibra dietética que un producto de cereal integral. La dieta de las poblaciones actuales es deficitaria en fibra por lo que esta moda de eliminar alimentos con gluten aumentará este problema si no se refuerza con otros cereales como el arroz integral, legumbres o frutas y verduras, alimentos también ricos en fibra.
Los expertos están preocupados de que esta moda siga extendiéndose y finalmente la gente acabe comiendo peor cuando justo pretende lo contrario. El Dr. Stefano Guandalini, director médico del Centro de la Enfermedad Celíaca de la Universidad de Chicago afirma tajantemente que:
«Una dieta sin gluten solo es saludable para aquellos que la necesitan.»
Según un estudio realizado en la Universidad de Columbia, el efecto de no consumir gluten puede ser más negativo que positivo a la larga. Para ello se ha seguido la dieta y hábitos de alimentación de más de 100.000 individuos desde 1986. Lo que se quería medir con este estudio fue el impacto del gluten en su salud. El estudio concluye que el consumo de gluten por parte de personas no celiacas es beneficioso, sobre todo para el corazón, al prevenir enfermedades cardiacas.
La dieta sin gluten que tienen que seguir los celiacos debe basarse en carnes, pescados, huevos, leche y derivados, frutas, verduras y hortalizas, legumbres y otros cereales que no contienen gluten, como el maíz y el arroz. “Los productos manufacturados comercializados sin gluten son seguros, pero es preferible reservar su consumo para situaciones concretas”.
«Los productos sin gluten de fabricación industrial pueden favorecer el sobrepeso y la obesidad, ya que “para mejorar su presentación y palatabilidad tiene un mayor contenido en grasas”.»
En líneas generales, ni siquiera para los celiacos es necesario buscar la etiqueta “sin gluten” en el supermercado. El gran efecto secundario de no consumirlo es la aparición de estreñimiento, ya que desaparecen fuentes de fibra, como el pan, las galletas o los cereales del desayuno, pero “la mejor manera de corregirlo es consumir frutas, verduras y legumbres».
«Al incremento en el consumo de productos sin gluten contribuyen en más de un 75% los sujetos que se autodiagnostican como intolerantes al gluten”. Se trata de personas que dicen sentirse mejor cuando dejan de tomarlo a pesar de que los médicos hayan descartado que padezcan enfermedad celiaca o alergia al trigo, así que se habla de “sensibilidad al gluten no celiaca” para denominar a un variado conjunto de síntomas digestivos que a veces afectan también a otros órganos.
Los fabricantes aprovechan la coyuntura para desarrollar nuevos productos alimenticios que, por supuesto, promocionan como más saludables. La presidenta de la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética e investigadora del Instituto de Ciencia y Tecnología de los Alimentos y Nutrición (ICTAN, centro del CSIC), cree que “se está abusando de los productos sin gluten, sencillamente, porque no deja de haber un interés comercial”.
A largo plazo esta «moda» puede acarrear efectos negativos para el conjunto de la población.
«Vamos a conseguir que los que no tenemos intolerancias, al ingerir productos para intolerantes, nos volvamos intolerantes. “Hay que tener mucho cuidado con estas modas.»
29 febrero, 2020
27 febrero, 2020